Durante su residencia en Horlock House en Navasota, TX, Weber descargó su miedo, furia y frustración tejiendo con bolsas de papel periódico en un telar tradicional, haciendo cuatro paneles con dimensiones de 20 pies de ancho y 17 de alto, emulando el muro entre Texas y México. Para crear esta obra, Weber recibió más de 7,000 bolsas de papel periódico de la comunidad. “Cuando [los miembros de la comunidad] lo tocan, es como si se evocaran recuerdos que deben ser compartidos. Eres parte del proyecto y eres importante,” dice Weber.
Al tejer, Weber escoge fundas del New York Times (azules) y del San Antonio Current (amarillas). Con estos dos colores, crea un delicado diseño que evoca mantas mexicanas tradicionales. La repetición fue tanto terapéutica como dolorosa para Weber, quien entrelazó sus experiencias paralelas en su propio muro. Ella explica la necesidad de utilizar bolsas de plástico como material diciendo que “hasta las noticias son defectuosas,” recordando los días de propaganda falsa creada por Hitler y el Tercer Reich.
Para los postes de madera, Weber utilizó algodón, una fuerte fibra americana. El algodón ha creado muchos objetos estadounidenses útiles, pero también ha sido una figura central en lo peor del racismo y la desunión en la historia de EUA. Ésta es exactamente la dicotomía que Weber busca exponer. Las generaciones deben empezar a comprender que algunas cosas que rompemos no pueden ser reparadas. La instalación se eleva por encima del espectador, pero mantiene su belleza y transparencia. Quizá ofrece in asomo de esperanza— que podemos aprender de los errores de Alemania.