En años recientes, cientos de miles de refugiados han escapado de sus hogares (lugares como
Siria, Myanmar y El Salvador) en búsqueda de una tregua de guerra, de la violencia insoportable, del hambre, y de las catástrofes climáticas. Estos migrantes son algunos de las decenas de millones de personas que se encuentran actualmente desplazados, buscando asilo, o apátridas; si a ellos sumamos aquellos que migran por trabajo y oportunidad económica, el número asciende a doscientos cincuenta millones trasladándose por el mundo. El filósofo
Thomas Nail escribe, “Este incremento en movilidad humana y expulsión nos afecta a todos. Debería ser reconocido como una característica definitoria de nuestra época: el siglo XXI será el siglo del migrante.” Esta ola de movimiento humano trae consigo repercusiones sociales, económicas y políticas. En todo el mundo se pueden ver debates polarizadores sobre políticas migratorias y un incremento en el pensamiento de “nosotros contra ellos”. ¿Qué nos depara el futuro si esta tendencia migratoria continúa? ¿Cómo podemos aproximarnos, de manera individual y colectiva, a las consecuencias reales de vidas en el desarraigo y cambios demográficos? ¿Por dónde empezar?
Uno a Otro, liderado por los artistas del Borderland Collective Mark Menjivar, Molly Sherman y Jason Reed, activa las galerías Hudson Showroom y Main Space de Artpace para convertirlas en espacios de escucha, cuestionamiento crítico y participación. La exposición invita al públicoa contemplar sus propias historias familiares de migración en el contexto de narrativas migratorias de mayor escala. Se partirá de historias recolectadas de todo el país, pero la exhibición también utiliza archivos forenses, instalaciones de video y audio, una unidad de vivienda para refugiados y audiencias de las Naciones Unidas para generar una interpretación críticamente consciente de cómo las narrativas se construyen dentro de contextos complejos de medios, política y vidas individuales. Contar historias es una acción generadora, puede abrir una puerta a la empatía e impulsarnos a actuar. Como dice la filósofa española Fina Birulés, “Si bien el relato no resuelve ningún problema y no domina nada de una vez para siempre, añade un elemento más al repertorio del mundo, nos permite perdurar, no como especie, sino como pluralidad de quiénes” . Cada quién tiene una historia de migración, solo que algunas son más recientes que otras.