




En ArtPace, Sauter ha reducido su paleta de materiales y ha optado por utilizar la arquitectura de la galería como material para su proyecto. A partir de las paredes cubiertas de láminas de la galería, ha tallado piezas individuales que utiliza para construir una réplica de un comedor icónico. Al ingresar a la galería, el espectador atraviesa una pared que ha sido derribada, dejando expuestos los postes y los materiales de construcción. Las cicatrices en las paredes de la galería ilustran el proceso del artista. Si bien a primera vista las formas parecen jeroglíficos, al examinarlas uno se da cuenta de que en realidad son partes de un todo: la pata de una silla de comedor, una mesa, un aparador de porcelana. El comedor es autónomo, con su propio piso y paredes. Monocromática y minimalista, la instalación tiene una sensación de fantasma.
Siguiendo un ejemplo más refinado de las agresivas intervenciones de Gordon Matta-Clark con la arquitectura, la instalación de Sauter aborda cuestiones tanto sociales como materiales. Su enfoque para hacer espacio a partir de un espacio existente va más allá de un simple reciclaje de materiales. Al igual que los modelos de espacios interiores de Rachel Whiteread, Sauter examina efectivamente la psicología del sitio institucional y el entorno doméstico.
El comedor es un lugar propicio para la exploración: es el espacio donde se desarrolla la comunicación y la alimentación, generalmente en el marco del núcleo familiar. Es un espacio de presentación y performance, un espacio público donde se observan rituales, se intercambian historias y se comparte cultura e historia entre generaciones. Este espacio de interacción social se convierte en un microcosmos para el mundo exterior a las paredes del comedor. El impacto de lo social en nuestra experiencia personal se convierte en un ingrediente clave para digerir la instalación de Sauter: ¿Cuánto de nuestro entorno personal está tallado en nuestro espacio social?