

El tríptico cinematográfico de 20 minutos de Isaac Julien, Paradise Omeros (2002) explora la experiencia de la criollización: el impacto psicológico y lingüístico de la colonización, la inmigración y la globalización. Basado en el poema épico Omeros, ganador del Premio Nobel de Derek Walcott, el trabajo de Julien sigue a un joven protagonista desde los ricos trópicos de Santa Lucía hasta la cruda Inglaterra urbana. En un pasaje clave, el personaje principal se sumerge y transporta desde las aguas azules de la isla al centro de la ciudad de Londres, lo que sugiere su lucha por un sentido de lugar y sus sentimientos de miedo, ansiedad, amor y odio. Paradise Omeros reelabora las concepciones normativas de la identidad, la experiencia de los negros (diáspora africana) y la sexualidad a través de una estructura cambiante y onírica que sugiere la búsqueda emblemática de una “nueva vida” prometida por Occidente.
Con Baltimore (2003) Julien vuelve a utilizar estrategias visuales convincentes para hacer avanzar una narrativa que hace referencia al arte elevado, la historia política y la cultura popular. La obra, que lleva el nombre de la ciudad en la que se filmó, se basa en la historia de las películas de blaxploitation de la década de 1970. Esta pieza de 11 minutos sigue al legendario Melvin Van Peebles, uno de los pioneros del nuevo cine negro que surgió durante esa década, y una versión futurista de la mujer astuta y armada que apareció en tales películas. Julien emplea hábilmente el formato de tres pantallas para manipular el tiempo y la perspectiva. El trabajo gira a la perfección entre los personajes que caminan por la ciudad y tres de sus museos, donde se encuentran artefactos y objetos que dan vida al pasado, presente y posible futuro de los afroamericanos.