Los videos y las fotografías de John Pilson contrastan la seriedad refinada del paisaje urbano y del detalle arquitectonico con la levedad de la expresión y el juego humanos. Representados frecuentemente en forma fragmentaria, sus escenarios están poblados por personajes que parecen normales, aunque realicen acciones expresivas individualizadas y hasta quijotescas. Al mismo tiempo que Pilson explora las estructuras y los sistemas que lo mantienen a uno en un rol determinado, también examina la resistencia humana y el impulso a expresarse.
El formato de video de dos canales de Above the Grid (Por encima de la cuadrícula, 2000) establece un punto/contrapunto entre escenario y acción. Mientras que en una pantalla, un par de hombres de negocios vistiendo trajes cantan un “doo-wop,” el segundo monitor exhibe un pasillo estéril de oficina, el cual tal vez conduce al baño revestido en azulejos donde éstos cantan en armonía. Entremezclados con esta canción, están unas vistas del horizonte urbano, tejados emanando vapor, y fachadas arquitectónicas, los cuales se ven en oposición con la intima actuación a capela. Esta yuxtaposición plantea una ruptura entre la decoración y el decoro.
Además del concierto de “doo-wop,” un partido de “handball” y una escaramuza de rey-de-la-montaña tienen lugar en los pasillos aparentemente interminables del edificio de oficinas. En la América corporativa de Pilson, el protocolo provoca un juego que es en sí mismo un disfraz para la lucha—las canciones hablan de conflictos y corazones quebrados; los compañeros de oficina se empujan, demarcando su territorio en vano.
Si la esterilidad modernista de Por encima de la cuadrícula sugiere un pasado sin historia, el video St Denis (2003), con su fondo suntuoso, permite a Pilson resaltar las huellas humanas en el espacio arquitectónico. Construido en 1855, St. Denis se concibió como un grandioso hotel de Manhattan. En 1877 Alexander Graham Bell presentó su primera demostración pública del teléfono en el “salón de los caballeros” en el segundo piso. Más tarde, el edificio se convirtió en talleres de diseño y oficinas. Marcel Duchamp mantuvo un estudio secreto en el edificio, donde completó su último proyecto artístico, Etant Donnés (1946-66): un cuadro extraño, ocultado detrás de una gran puerta de madera y visible sólo a través de dos agujeros. Hoy, los ocupantes del edificio son principalmente psicólogos y otros terapeutas.
Pilson examina a fondo el corpus del edificio, sus superficies y sus arterias, al mismo tiempo que capta su reparto de personajes o arrendatarios. Los personajes actúan en los intersticios: en los baños, los pasillos, las escaleras, y los corredores del subsuelo. La lente videográfica de Pilson examina el edificio con una meticulosidad casi médica. La ornamentación de fin de siglo contrasta con los pasillos anónimos renovados. Una escalera hipnótica ofrece una mareadora contraparte al ambiente encerrado del ascensor metálico.
Si el edificio representa el cuerpo, la gente es su alma. Ocupados con varios actos de consciencia, los personajes de St. Denis se confiesan, se reúnen, y actúan. Desde el principio hasta el fin, las imágenes de juego y de expresión conviven con los signos de trabajo y propósito. Una joven se suelta el cabello para realizar un acto musical voluntario. Después de emerger de su espacio personalizado en el subsuelo, el encargado del edificio realiza un rito nocturno de encerramiento, antes de transformarse en otra persona. Pilson se enfoca en las múltiples maneras de diferenciarse a través de la auto-reflexión y de las decisiones personales, dejando al mismo tiempo espacio para jugar. En una escena, pelotas de goma de varios colores se dispersan a lo largo de los pasillos y dentro de un ascensor, llenando a unos niños ambulantes de alegría: la inocencia en medio del manierismo.
En otras obras, Pilson presenta “loops” destilados, los cuales son más frecuentemente derivados de fuentes diferentes a los formatos episódicos de Por encima de la cuadrícula y St Denis. Los videos de uno o más canales demuestran su fascinación con el enlazamiento de espacios, superficies, y diseños, además de la ubicuidad de la tecnología en la existencia diaria. En “Axis” (Eje), una de las tres partes de los Portraits of Manhattan (Retratos de Manhattan, 2005), una joven intenta implacablemente vestirse para salir de noche mientras a la vez proporciona instrucciones tecnológicas a un colega por teléfono. La invasión poco sutil del trabajo en el hogar es el telón de fondo para una investigación conmovedora de la frustración y del proceso: así como los pasillos en los retratos arquitectónicos de Pilson, estos actos preparatorios y de resolución de problemas son los precursores del evento mismo, el cual, en su obra, parece nunca llegar. Estos videos utilizan el tiempo para ampliar el momento congelado de la fotografía en la inexorabilidad de la vida real.
Dark Empire (Imperio oscuro, 2003) presenta un retrato de larga exposición de un edificio y de la ciudad que simboliza. En la tarde del apagón en New York en 2004, Pilson enfocó su camera en el edificio Empire State en un una sola exposición que duro 25 minutos continuos. Aunque la silueta se reconoce de inmediato, su significado ha sido adaptado a través del tiempo, especialmente desde los eventos del 11 de septiembre. En Imperio oscuro, un símbolo de progreso se transforma en un icono de perseverancia, una sola imagen que refleja en sí misma su ciudad y su gente, en masse e individualmente.