En Artpace, Macchi presenta un proyecto de video y dos proyectos impresos que exploran la interdependencia de narrativas verbales, visuales, y sónicas. Estas obras utilizan un lenguaje formal que oscila entre el dinamismo y el estatismo, la progresión y la perpetuidad.
The Ends, compuesto de cinco loops de video en cinco monitores suspendidos dentro de una mesa, es una exploración de las composiciones musicales arregladas al azar. Cada video, concebido como una voz individual dentro de un coro de cinco voces, reproduce una secuencia de diferentes finales de películas. La instalación de los monitores en la mesa hace que sea imposible verlos todos al mismo tiempo, aunque sí se puedan escuchar simultáneamente. La cacofonía resultante crea un canon musical, una ronda siempre cambiante compuesta de finales que nunca terminan, lo que presenta una paradoja conceptual.
Puestos sobre la mesa, los libros de Macchi examinan la contradicción del estatismo y el movimiento simultáneos. Ten Drops, un flipbook, simula los círculos concéntricos generados por las gotas cayendo sobre la superficie del agua. Los agujeros circulares producidos por cada “gota” se transforman en pasajes al medio del material mismo. Cada página representa una imagen fija de las ondas acumuladas que se amplían más allá de los límites físicos del volumen.
En The Ascension, un libro de partituras sin notas, Macchi vuelve a jugar con la representación del movimiento y el sonido en dos dimensiones. A medida que pasan las páginas, las líneas de los pentagramas suben al borde superior de la página, como si se desprendieran sucesivamente de la estructura del pentagrama. Esta ascensión invierte la ley de la gravedad, transformando así la estructura fundamental de la música en una presencia dinámica que solo obedece sus propias leyes.
-Vanessa Davidson