La obra de Roy McMakin Other Chest of Drawers & Other People incluye una colección de objetos mobiliarios fabricados y encontrados y tres trabajos en video que se relacionan con el pecho, en términos de mobiliario para el hogar así como con la anatomía humana. Sus esculturas son mediadas por las personas; las colaboraciones con carpinteros y asistentes conforman una característica significativa de la exhibición. Es notable la decisión intencional del artista de no originar o construir ninguno de los objetos que se muestran. Usó, en cambio, un conjunto de direcciones subjetivas para guiar esta serie de trabajos, además de su buen ojo para el diseño, pasando horas hurgando en tiendas de muebles de segunda mano en San Francisco. Además, eligió desafiar sus conceptos fotográficos de escala y perspectiva introduciendo los elementos de tiempo y movimiento, lo que condujo a sus primeras piezas de video en 25 años.
En un lado de la apenas iluminada exposición, tres obras de video ubicadas en lugares prominentes, presentan puntos de vista poco usuales de actividades comunes: mover un mueble, sacar ropa de un cajón y caminar por el parque un día soleado. Todos los videos están en escala 1:1 y muestran perspectivas múltiples de la cámara colocada tangencialmente para crear la ilusión de un todo. La ilusión, sin embargo, dura poco porque van surgiendo problemas conceptuales a través de narrativas en desarrollo. En una secuencia, vemos la vista de una cómoda con cajones deteriorada y blancuzca; la imagen luego cambia dramáticamente a medida que un hombre y una mujer—sus cuerpos cortados y fragmentados por las cámaras—jalan y empujan la cómoda para mostrar 24 posiciones posibles del mueble. El observador gradualmente se vuelve consciente de la ubicación de las cámaras y de los puntos de vista únicos que capturan.
El interés por el punto de vista también está en juego en tres obras especialmente fabricadas para la exhibición de McMakin. Él contrató a tres carpinteros locales para responder a instrucciones, cargadas con adverbios elusivos, para crear una obra conceptual basada en el siguiente texto: CONSTRUYAN UNA CÓMODA CON CAJONES HERMOSA. LOS CAJONES DEBEN TENER EL TAMAÑO CORRECTO PARA GUARDAR ROPA Y LA CÓMODA DEBE TENER LAS DIMENSIONES ADECUADAS PARA LA ESCALA DE UN DORMITORIO TÍPICO. DEBE ESTAR CONSTRUIDA CUIDADOSAMENTE, CON PROPORCIONES AGRADABLES Y PINTADA DE UN LINDO AZUL. La ambigüedad de las instrucciones del artista plantean el problema: ¿Cómo se definen “hermosa”, “adecuada”, “típico”, “cuidadosamente”, “agradable” y “lindo”? Al aprovecharse de la subjetividad del lenguaje y la percepción, McMakin involucra la colaboración del diseñador/fabricante de una manera diferente, habilitando que se mostraran las perspicacias y personalidades de los carpinteros.
La tercera serie de obras basada en muebles en la exhibición muestra tres cómodas de cajones instaladas como esculturas de pared formales. Al colgar estas piezas a altura de cuadro, rotándolas 90 y 180 grados, y poniendo componentes blancos y negros enfrentados unos con otros, las obras se separan de sus asociaciones cotidianas hacia cierta abstracción reminiscente de las obras del pintor californiano minimalista John McLaughlin. Mediante la elevación y la alteración, McMakin no sólo resalta la naturaleza abstracta del mueble y la interacción suelo figura inherente, sino que alienta a reexaminar la relación propia de uno mismo con los muebles comunes.
—Alexander Freeman, Curador Educativo