



Para su residencia, Holland responde a la cambiante luz del norte de su estudio ArtPace. En su estudio, ha aplicado pan de plata a todo el techo del espacio industrial. El resultado es una reverberación de luz que baña la habitación y al espectador con un brillo fresco y relajante. Este adorno de superficie engañosamente simple envuelve al espectador en un silencio visual. El reflejo del techo en los pisos de concreto encerado de la galería parece líquido.
En la cubierta del techo de ArtPace, Holland ofrece otra sorpresa visual. El artista ha respondido a las líneas horizontales y materiales industriales del pabellón de techo de hormigón y acero, suavizando las superficies e inyectando líneas elegantes.
Una tercera pieza se lleva a cabo fuera del sitio. Se ha pintado una gran valla publicitaria al aire libre con un acabado de mica, que produce un brillo sutil e iridiscente. A veces azul, otras veces gris, la valla publicitaria se convierte en un cuadro. Biseccionado con una línea horizontal, el letrero extiende el vasto cielo de Texas. Una vez más, Holland inyecta una sensación de misterio en un lugar que de otro modo sería mundano, interrumpiendo el entorno rutinario del espectador.
A través de sus instalaciones de ArtPace, Holland evoca respuestas emocionales del espectador, cambiando múltiples percepciones. Aunque sus intervenciones son sutiles, el esfuerzo no lo es: el enfoque basado en procesos de la artista hace que el espectador sea consciente no solo de la apariencia sino también del efecto. Sus obras activan todos los sentidos: brillan y se hinchan, dividen y unifican, sorprenden y atraen.