









Para reunir material para Rostros, Objetos encontrados y Jinetes rudos, Ulrike Ottinger asistió a festivales, procesiones y eventos culturales en San Antonio y sus alrededores, tomando más de 800 fotografías en el camino. La instalación presenta retratos fotográficos y efímeros de la zona para investigar los fundamentos y prácticas de las culturas locales.
Presidiendo la galería hay una fotografía monumental en blanco y negro de una charreada, un rodeo mexicano. Ottinger captura al vaquero y su lazo en el aire en una imagen familiar del oeste. Nueve fotografías más pequeñas flanquean el mural central e incluyen retratos espontáneos y espontáneos, así como una imagen solitaria de un lujoso corazón rojo con alas angelicales.
Ottinger importa el motivo de esta “reliquia” local en los otros objetos de la galería al incluir corazones y coronas de plumas en fotografías, marcos e incluso un novillo de cuernos largos. Estas áreas parecidas a santuarios de objetos encontrados y alterados —principalmente muestras simbólicas de las culturas nativa americana y mexicana— unifican el proyecto y arrojan dudas sobre la supuesta autenticidad de las fotografías circundantes. Se exhibe el cuaderno de bocetos de Ottinger para el proyecto, una especie de guión gráfico que yuxtapone dibujos con imágenes, notas y postales etnográficas de las décadas de 1930 y 1940.
La forma similar a un álbum de recortes de Caras, Objetos encontrados y Rough Riders es apropiada. La instalación es en gran parte un relato de la exploración de Ottinger de San Antonio, un lugar rico en la criolización de las culturas alemana, española y nativa americana. El proyecto revela no solo cómo el medio de la fotografía puede documentar y manipular simultáneamente a sus sujetos, sino también las formas en que las culturas cambian, influyen y toman prestados elementos entre sí. A través de convincentes yuxtaposiciones, este trabajo, como los otros de Ottinger, expone las complejidades en las nociones de diferencia cultural.