Untitled (Sin Título) de McMillian abarca un grupo de pinturas, de fotografías, y de efémera históricos. Cada obra se refiere a miríada fuente–de la novela de Cormac McCarthy The Road (El Camino) a la pintura americana y alemana de 19th-centuria del paisaje. Considerado como unidad, estas obras forman una constelación que sitúe pinturas adyacentes a escultura para explorar los temas relacionados con el paisaje, la iglesia, y el hogar. Las cinco lonas que cuelgan de techo al piso son cargadas con una combinación del pinturas de látex y de acrílico, de colores rojo, negro, y blanco. Los paisajes etéreos que ponen en contraste con las pinturas vertidas de la acción, ofrecen una ojeada en lo que podrían describir algunas como mundo devastado.
Los retratos anónimos, recolectados por el artista de almacenes antiguos, cuelgan entre las pinturas cavernosas. Las imágenes, enmarcadas todo y todas se alteraron para medir 11 x 14 pulgadas, se apilan en las columnas verticales que terminan apenas sobre nivel del ojo. La uniformidad que resulta de estas imágenes sugiere la organización de piedras sepulcrales en un cementerio o de las columnas de los nombres enumerados en una pared conmemorativa. Usando las fotografías de individuos desconocidos, McMillian ha acentuado los números extensos representados en nacimiento y muerte humanos.
El nexo sculptural de la exposición–una silla rota y una manta vieja–es superado por un pabellón de papel, seis- acentuado y arqueado. Este techo improvisado de la catedral, sin embargo, es superado por las pinturas que dominan las paredes. Ligando la escultura y la pintura, McMillian ha cubierto la silla y la manta manchadas con usos gruesos, respectivamente, de las pinturas rojas del acrílico y del látex.
El componente de los sonidos a la instalación, Pelicans in Texas (Los Pelicans en Tejas) por el músico Stefan Tcherepnin, es una composición en estilo minimalista tocando por sintetizador. Esta progresión de dos vías pulsa hacia adelante y hacia atrás entre las pistas silenciosas y ruidosas, con el sonido totalmente y extrañamente meditativo. Las frecuencias bajas de reverberación y los sonidos que clavan disonantes despiden a través del espacio, impregnando el ambiente. Presentando esta compilación musical conjuntamente con los elementos físicos de la instalación, McMillian conjura una escena atípica de la catedral.