


A Kim Morgan le interesan las relaciones humanas tal como existen entre cosas, otras personas y lugares. Ella explora esto enfocándose en la materialidad, pensando en el papel que juega la tactilidad en nuestra cultura fuertemente virtual y digitalizada. Morgan ha centrado más recientemente esta investigación en la sangre, de la que escribe: “La sangre es el tejido material de nuestra vida y, por lo tanto, tenemos una relación profunda y dinámica con ella. Tiene significados y consecuencias médicos, sociales y políticos. La sangre está entretejida en nuestro lenguaje para definir las relaciones (lazos de sangre, enemistades de sangre, hermanos de sangre) y características en los rituales religiosos y paganos. Como material, la sangre es compleja, vibrante, valiosa y abyecta «. Morgan usa la dualidad que representa la sangre, como cultural, sustentable, personal, en su nuevo suspiro de instalación.
Para comenzar este trabajo, Morgan colaboró con científicos para utilizar la microscopía electrónica de barrido (SEM), que le permite ver muestras de sangre a 100x -100,000x o más. Esta ampliación nos permite ver de una forma que no podemos a simple vista y nos proporciona información sobre nuestro propio cuerpo de forma íntima. Para las muestras reales, era importante que Morgan las recopilara de personas que conoce (su madre, pareja, amigos, estudiantes y ella misma) creando un retrato único de una unidad social extendida, ya que cada escaneo es único al igual que nuestras propias huellas dactilares. La imagen compuesta es como un enorme mural, que a primera vista resulta seductor. Luego, una mirada más profunda revela a qué nos enfrentamos y encontramos irregularidades; preguntándose a qué trastornos, enfermedades y genética apuntan.
Para suspirar, Morgan imprimió este retrato en una tela liviana y lo colgó al otro lado de la habitación. El material tiene una translucidez, lo que lo hace más parecido a una membrana o una piel que a una cortina. Pero lo que quizás sea más sorprendente es cómo se mueve: la imagen respira en la habitación, suspira y exhala. Es casi como si hubiéramos entrado en un pulmón o corazón enorme, y las células sanguíneas se mueven a nuestro alrededor, circulando como lo harían por nuestras venas. Al final, este trabajo nos permite ver más profundamente y hace tangibles los misterios de nuestro propio cuerpo.
También tenga en cuenta que Morgan ha hecho una bufanda de edición limitada con el «retrato de sangre» de un suspiro, utilizando el mismo material utilizado en la fabricación de la cortina. La bufanda apunta además a la sangre como un fluido de vida y mercancía. Las bufandas estarán disponibles para su compra en Artpace y una parte de las ganancias beneficiará a la Sociedad de Cáncer de Ovario.
Del artista: ¿Cuál fue el impacto de la residencia Artpace para ti?
La residencia Artpace me da el tiempo, el espacio y los fondos para crear, ¡suspiro! Estos son regalos. Con la ayuda del personal de Artpace y otros profesionales, puedo realizar una instalación de arte a gran escala, experimental y técnicamente compleja en un corto período de tiempo, y exhibirla para que la vea el público. La elección de artistas seleccionados por la curadora invitada (Denise Markonish, MASS MoCA) para esta ronda de residentes ha sido otra oportunidad fortuita, de conocer a dos artistas femeninas increíblemente talentosas, durante este intenso período de tiempo. Estas experiencias han sido invaluables.