El interés de James Sham en el lenguaje proviene de su experiencia personal (él nació en Hong Kong, pero se mudó una enorme cantidad de veces), y también de una aguda curiosidad acerca de los usos manipuladores del discurso y cómo actúa como mediador y condiciona nuestra comprensión del mundo. A partir de esta base, las diversas fuentes de las que extrae pueden incluir eventos políticos globales, plataformas de comunicación humanos a tecnológia, y actos de discurso acerca de la responsabilidad cívica. En un momento dado, él puede trabajar con video, escultura, representación y material encontrado relacionados con su tema de interés. En el proceso de un proyecto orientado en el sitio, él investiga la cultura y la geografía de una localidad o comunidad y trabaja de manera colaborativa para obtener información sobre cómo las cosas llegaron a dicho estado, tratando de crear una especie de realidad paralela al adaptar dichos componentes y referencias a nuevos dispositivos de conocimiento.
Para su residencia en Artpace, la obra de Sham tomó varios intereses y direcciones convergentes que han sido constantes en sus muestras de trabajo en general. Cada uno de sus tres proyectos está relacionado con los valores del sonido, el silencio y la mudez, y sus diversas demandas para escuchar, oír y la vigilancia.
El video que produjo Sham con un equipo de colaboración representa a un elenco de artistas sordos que actúan conversaciones polémicas y argumentos mediante el lenguaje de señas estadounidense. Mediante el uso de un sofisticado dispositivo de rastreo visual (normalmente utilizado en las fuerzas armadas), los intérpretes de señas leen los movimientos de los actores y vocalizar el discurso. Para el observador inexperto, el complejo proceso de lectura e interpretación se vuelve material, lo que nos permite ser muy conscientes de las dimensiones más profundas de la comunicación con señas y los límites de la lengua hablada. A medida que los intérpretes leen los movimientos de las señas, puntos de colores (codificados con base en quien interpreta) indican los movimientos del ojo de cada intérprete, creando un colorido lenguaje de indexación completamente propio. Durante este proceso, Sham aprendido mucho acerca de las expresiones culturales en las comunidades con discapacidades auditivas.
En una obra que podría considerarse un contrapunto al video, Sham creó una instalación de audio con relación al habla e intencionalidad al hacer partícipe a una comunidad de líderes cívicos de Texas a través de entrevistas personales. A medida que discuten sus roles, funciones públicas y aspiraciones, se rompen ciertas formalidades y la audiencia es capaz de obtener una perspectiva trémula de estos políticos como personas comunes. Como un guiño para proporcionar un ajuste más personalizado, Sham pidió a cada entrevistado un vaso de su elección para el proyecto, que funciona como un auricular para la conversación grabada en el espacio de la Galería.
Sham incluye un tercer proyecto que aparece en el patio de Artpace. A través del uso de una táctica comercial popular: un gigante ícono inflable como los utilizados para señalar concesionarios, él crea una cómica pero igualmente intimidante intervención en el espacio arquitectónico. La réplica exacta de una aeronave estadounidense sin tripulación (muy parecida al recientemente encontrado rodeando Irán pero en menor escala) flota por encima, y sirve como un recordatorio de las formas militarizada de leer, escuchar e interpretar utilizadas por este país, y hace referencia específicamente a las bases de la Fuerza Aérea de San Antonio. La aeronave probablemente parecerá graciosa y boba para los espectadores, subrayando la inclinación del artista de localizar el humor y la disonancia en el desplazamiento de las formas monumentales.