an island as it might be (una isla como pudiera ser) amplía físicamente el diseño y las exploraciones arquitectónicas de Moorhead, ofreciendo la naturaleza a ella misma. La pieza re-orienta y abstracta un techo ornamental de salón de baile a 180 grados hasta que queda sobre el piso; su regularidad descomponiéndose mientras que sus calidades de paisaje crecen.
Desprovisto de todo color inesperado, el ambiente espeluznante, a la misma vez artificial y orgánico, solo retiene los vestigios de un espirito que una vez fue celebrado.
La galería es desorientadamente llena con una plataforma baja pintada con el mismo blanco de las paredes. Las abstracciones decorativas vegetales y florales que normalmente colgarían simétricamente por encima, en cambio suben del piso. Montones de yeso se convierten en colinas, medallones se vuelven raíces, molduras se rompen, y candelabros iluminados se convierten en árboles. La artista ha amplificado el aire acondicionado del cuarto, lo cual estimula el flujo de aire, dentro de una pieza de sonido susurrante que atrae el aire libre.
La naturaleza y el artificio luchan silenciosamente durante todo. Luz del sol rastrillante se dobla con bombillos brillantes, estructuras moldeadas se convierten en topografías, murmullos mecanizados de ambiente contrastan con viento suave, y yeso crudo y trabajado obtienen igual atención.
La atmósfera ambigua de an island as it might be (una isla como pudiera ser) sigue la investigación de Moorhead dentro de las negociaciones contemporáneas de lo salvaje y lo doméstico. Siguiendo los proyectos pasados, es al mismo tiempo fantástico y respetuoso—a la vez físicamente y psicológicamente reservado y expansivo.
-Kate Green
Conservadora Asistente