




Para ArtPace, Sawyer se ha concentrado en una sola obra, Ten + One Illuminations , que equilibra la teatralidad de la instalación con las tradiciones materiales de la escultura. Al entrar en la galería oscurecida, el espectador navega por un campo de formas circulares, de tamaño variable, que parecen flotar sobre el suelo. El interior de cada objeto tiene pan de oro y está iluminado desde arriba con un foco espectacular. El resultado es una disposición de superficies casi deslumbrantes que rebotan suaves reflejos por toda la galería. A medida que el espectador se mueve a través del espacio onírico, se sumerge en el resplandor de los objetos y la calidez de los reflejos. Sawyer afirma: «En este misterioso paisaje de luz, espero crear un entorno sublime que sea a la vez tangible e intangible».
Con referencias arquitectónicas directas al interior luminoso del templo Kinkaku-ji en Kioto y al piso escultórico del templo Aholi en la India, esta instalación amplía el interés de Sawyer en los espacios sagrados orientales. El artista presenta efectivamente un fenómeno de elecciones más que una respuesta singular. El poder colectivo de los objetos de Sawyer y el misterio de su presencia aumentan las preocupaciones universales de Sawyer.
Ten + One Illuminations es un progreso lógico del trabajo anterior de Sawyer en el que el espectador estaba en la periferia, mirando hacia adentro. Aquí, la instalación de Sawyer se activa con la presencia del espectador, acercando aún más la obra a la función de un espacio sagrado. Aunque visualmente dinámico, el trabajo crea un espacio contemplativo en el que los efectos ópticos de la imagen residual, el reflejo y la superficie trascienden la objetividad hacia lo efímero.